Ahora que inicia un nuevo año seguro muchos eligieron como uno de sus propósitos bajar de peso. ¡Claro! Es la época en la que después de atascarse de comida 10 veces al día nos sentimos culpables y el remordimiento es tal que en cuanto suenan las 12 campanadas juramos que este año sí nos vamos a poner a dieta y/o que haremos ejercicio.

A veces todo eso se queda sólo en el listado de propósitos y de ahí no pasa. No basta con tener las buenas intenciones de bajar de peso y estar sanos, sino que requiere mucho esfuerzo de nuestra parte. Pero si creen que no van a poder lograrlo, les tengo una noticia: ¡Sí se puede!

El primer paso es estar convencidos de que queremos un cambio, ya sea porque se nos pasaron los platos de pavo, pierna, romeritos, bacalao…etc, etc. en estas fechas o de plano porque  notamos que nuestro cuerpo nos pedía a gritos una ayudadita desde hace tiempo y no le hemos hecho caso.

Cuando ya has tomado la decisión, ahora hay que poner manos a la obra, lo ideal es combinar una rutina de ejercicio con una buena alimentación, no basta con hacer sólo una de las dos si es que quieres obtener buenos resultados. Yo recomiendo que para el tema de la alimentación busques a un nutriólogo, yo lo hice en el 2011 y estoy feliz porque es la mejor decisión que pude haber tomado ese año, por eso escribo este post y para el ejercicio, ya sea que quieras entrar a un gimnasio o salir por lo menos a correr todos los días.

A continuación viene mi historia, para que veas que cuando te esfuerzas en bajar de peso sí es posible lograrlo.

Siempre había sido una chica delgada, con peso entre los 49 y los 55 kg. hasta que un día cambié de trabajo y muchas cosas comenzaron a pasar.

Mi nuevo trabajo me quedaba muy lejos, así que desayunaba a las 5 de la mañana; a las 9 ya tenía hambre, en el camino comía lo que me encontraba; los compañeros llevaban galletas o algún otro alimento no tan saludable que empezó a formar parte de mi dieta. Mi hora de comida era a las 2, si bien me iba comía, sino me tocaba hacerlo hasta después de haber salido del trabajo (entre 7 y 10 de la noche), a veces en lugar de comer bien íbamos al tianguis a atascarnos de comida engordadora. El cambio de hábitos alimenticios, más las distancias largas que recorría para ir al trabajo y de regreso, más el estrés del propio trabajo no sólo me ocasionaron muchísimas enfermedades sino también empecé a subir de peso. En 8 meses alcancé a pesar 66 kg y estaba tan gorda que la gente ya me cedía el lugar en el metro pensando que estaba embarazada.

En diciembre de 2010 decidí renunciar a mi trabajo y llevar una vida más tranquila, a esto le sumé un drástico cambio de hábitos alimenticios que empecé a llevar a cabo en Enero de 2011. Busqué dietas en revistas y en internet y empecé a bajar unos cuantos kilos, pero dejar de comer me provocaba ansiedad y a veces sentía bajones de energía así que decidí buscar a un experto. Fui con una nutrióloga quien de acuerdo a mi tipo de sangre, mis medidas, mis enfermedades y varias cosas más (resultado de estudios que me mandó a hacer) que nos hacen diferentes a otras personas, me armó un plan nutricional a mi medida con el que empecé a bajar de peso sin sentirme mal.

Mi salud mejoró, mi imagen también y hoy en día puedo decir que de nuevo tengo mi peso normal y dejé atrás a la espantosa obesidad.

¿Que si es dificil? Sí a veces lo es, especialmente si a tu alrededor hay personas que no estén a dieta y que todo el tiempo estén comiendo cosas que se te antojan. Ahí es cuando debes tener mucha fuerza de voluntad, éste es un punto clave para que todo funcione. Si te das permiso una vez te lo darás muchas veces y nada funcionará, así que sé fuerte, no caigas en tentaciones y podrás ver resultados paulatinos. ¡Ojo! No te desesperes, sé paciente y constante.

Yo no hago mucho ejercicio, casi todo lo logré teniendo una buena alimentación, pero el ejercicio también es importante. Así que espero te sirva mi consejo y si está en tus planes ponerte en forma no lo tomes a la ligera y échale ganas todo el año para lograrlo, ya que no se trata de llevar una buena alimentación en Enero para disminuir la culpa y después atascarse el resto del año.

¡Ánimo, sí se puede!

Mis pantalones de Dic 2010 atrás vs los del 2011 adelante.