La bondad y la nobleza los caracteriza, son seres maravillosos, no les importa conseguir fama o dinero, lo único que desean es ayudar. Se llaman «ángeles» y no es necesario que imagines a un ser divino con alitas y túnica blanca ¡para nada! Estos ángeles tienen un aspecto común, parecen personas como tú o como yo; ahora mismo podría estar uno junto a tí, sin embargo no te darás cuenta tan fácilmente y te lo digo porque yo conozco muchos ángeles y sólo yo sé que lo son.

El último ángel que conocí marcó mi vida por completo, ahora ya no está conmigo pero ocupa un lugar importante en mi corazón.

Eran un dia común y a mi alrededor había sólo personas comunes, tal vez «comunes» no sea la palabra adecuada, esas personas en realidad eran frias y superficiales, deseaba que fueran diferentes, necesitaba compañía pero no quería esas amistades disfrazadas, necesitaba un amigo real, alguien que compartiera mi definición de «amistad», fue entonces cuando un ángel llegó a mi vida; parecía una persona común pero algo en mi corazón me decía que era diferente, no sé como, simplemente lo sentí. Su bondad, nobleza, ternura y sinceridad lograron que yo confiara plenamente en ese ser maravilloso.

Sin darme cuenta nos convertimos en grandes amigos, despertó en mi las ganas de seguir viviendo, me enseñó a creer en los sueños…a seguir adelante.

Se la pasaba ayudando a cualquiera que estuvira en desgracia. Aprendí tantas cosas estando a su lado, necesitaba tanto que estuviera cerca de mi porque eso me hacía sentir una tranquilidad enorme, su simple presencia hacia que todos mis problemas desaparecieran y yo lograra sonreir…»una sonrisa» eso es lo único con lo que podía pagarle todo lo que había hecho por mí. Creo que me quería tanto que poco a poco dejó de ayudar a los demás y se dedicaba solo a hacer cosas lindas por mí, no sé por qué me quería tanto si yo no era una buena persona, a veces en lugar de pagarle con una sonrisa solo le llenaba la cabeza con mis problemas, sin embargo nunca se quejaba.

«Mi ángel de la guarda» eso fue…»fue» porque un día desapareció, creo que se fue en el momento en que supe resolver mis propios problemas, tal vez pensó que ya no necesitaba de su ayuda ni de su compañía.

Extraño mucho a ese ser maravilloso y ya no está aqui, pero su recuerdo siempre estará en mi mente y en mi corazón y se ha convertido en un ejemplo para mí porque daba su vida misma por ayudar a los demás y verlos felices.

Todos podemos ser ángeles…tal vez tú…tal vez yo, y si yo soy uno de ellos probablemente ahora me toca ayudarte a ti.

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