Hacía años, pero en serio años (como unos 4) que no me veía en la necesidad de ir a imprimir a algún lugar, pero dado que mi impresora no tiene tinta y que las pocas veces que imprimí en algún café Internet obtuve impresiones de muy mala calidad decidí ir al Office Max de Satélite.
Tenía una entrevista de trabajo y necesitaba imprimir curriculums así que llego al Office y como toda una novata en el asunto me acerco al área de computadoras para saber cómo funcionaba eso de las impresiones, si cada quien imprime lo suyo o si algún encargado manda el archivo; etc.
El lugar estaba atascado de gente, todas las computadoras ocupadas. Los «chicos Office» que estaban dentro del mostrador no se veían muy hábiles y estaban ocupados, así que esperé al que andaba afuera ayudándole a la gente que estaba usando las computadoras, además tenía una playera de «¿En qué puedo ayudarte?» o algo así decía el mensaje.
Tardó en desocuparse y creo que muchas personas querían recibir su ayuda, cuando por fin dejó de hablar con una clienta corrí hacia él y le pregunté «¿Para imprimir yo lo mando o te doy mi USB?» y me dice «Mándalo tú en cualquiera de esas dos computadoras» mismas que estaban ocupadas por gente que supuestamente iba a imprimir. (Prepárense porque este post pinta para ser bastante largo, tan largo como mi estancia en ese lugar).
En una computadora estaba una señora. En teoría lo que iba a imprimir estaba en su correo de Yahoo, así que entró a la página, tecleó «de a dedito» (tecla por tecla con un sólo dedo) su dirección y posteriormente su contraseña y ¡Adivinen! «Contraseña incorrecta». Hasta ese momento yo todavía no me desesperaba y me dije «¡Qué bueno que no me formé atrás de ella porque creo que va a tardar!»
La persona frente a mi era una chica como de entre unos 27 y 30 años, supuse que ella sería más rápida, pero también tardaba demasiado, intenté echar un vistazo a lo que hacía y creo que no se encontraba preparando su archivo de impresión sino que estaba haciendo más cosas, además hablaba por teléfono; siendo que esas dos computadoras son sólo para mandar a imprimir y deberían hacerlo rapidito.
Respiré profundo, miré a mi alrededor, cada vez había más gente y el «Chico Office» al que le pregunté volvió a pasar cerca de mi y le señalé a las dos personas haciéndole una cara de «son más lentas que una tortuga en reversa«. El chico como que quizo hacer algo por mi, pero tenía a más gente hablándole y corrió a ayudarlos.
Volteé a ver de nuevo el monitor de la señora. Seguía intentando entrar a su correo de Yahoo y no lo conseguía, de pronto dice «Creo que también me lo mandaron a Gmail» -Se le iluminó el cerebro- Me dije.
Entra a su Gmail, mete usuario y contraseña y… (redobles, por favor) ¡Contraseña incorrecta! -¡Hija de su madre!-
Intentó e intentó y en eso la persona que estaba delante de mi desocupó la computadora. Me apresuré felizmente, inserté mi USB, no sé cuánto tiempo llevaba ahí pero creo que ya era mucho y comenzaba a ponerme nerviosa, a pesar de haber salido de mi casa 3 horas antes de la cita. Abro mi archivo, mando a imprimir, me sale un mensaje de error, con la prisa no lo leí, le di aceptar, no pasó nada, volví a mandar a imprimir, me salió el mismo mensaje, de nuevo no lo leí, le di aceptar, aceptar, aceptar las veces que fue necesario y salir. (Resulté igual de bruta).
Llego al mostrador, me encuentro con el mismo «Chico Office» nuevamente rodeado como de 5 personas, todos pidiéndole sus impresiones o ayuda con otras cosas y le pregunto «¿Salieron mis impresiones?»
Desafortunadamente no salieron, así que fue a ayudarme, agarró mi USB y fue a otra computadora a enviar las impresiones. Para ese entonces las 2 compus de impresión continuaban ocupadas, y afortunadamente una de las computadoras que te rentan estaba vacía, desde ahí envió mi archivo.
Por fin las envió y me dice «Van a tardar en salir porque antes de lo tuyo mandaron a imprimir más cosas». Efectívamente tardaron mucho.
Mientras esperaba a que salieran otra señora le pidió ayuda para enviar por mail unos documentos, así que el chico tuvo no sólo que escanearlos sino también entrar al correo de la señora y enviarlos. Descubrí que ya mucha gente «no hábil» con la tecnología hace trámites por Internet pero recurren a alguien más para que les ayude.
Después de todo eso mis impresiones apenas iban saliendo. La señora que le pidió que enviara sus documentos aprovechó para preguntar el costo de una impresión en plotter (aclaró que quería saber por mera curiosidad), otra señora se puso a preguntarle sobre las diferencias entre una impresión en couché y opalina y ya que yo llevaba un buen rato ahí y que la sesión de preguntas y respuestas parecía no terminar también decidí investigar el costo de unas impresiones que debo hacer en estos días.
Tras mil años de espera por fin salieron mis impresiones y salí corriendo de ahí (obvio pagué antes de salir).
Y la moraleja es (en realidad no es una moraleja sino las observaciones generales):
- Tache por todo el tiempo que estuve ahí.
- Tache porque una persona no es suficiente para atender esa área (había uno en plotter y dos en la computadora que manda las impresiones al plotter, se veían ocupados pero no tanto como el otro chico).
- Tache para la señora que nunca recordó su contraseña.
- Tache por no vigilar el tiempo que la gente tarda en las computadoras que son sólo para impresión.
- Y la única palomita y hasta con aplausos es para el «Chico Office» que me atendió, que a pesar de andar de aquí para allá, de tener a mucha gente hablándole a la vez, de tener que ayudar a las personas que no pueden hacer las cosas por sí mismas porque se les dificulta, en todo momento fue muy amable, buscó cómo resolvernos el problema a cada uno de los que estábamos ahí y sobre todo era entusiasta y no dejaba de sonreir. Creo que si contrataran a otros 5 igualitos o si lo clonaran el tiempo de espera se reduciría exageradamente y todos saldríamos de ahí felices y bien atendidos.